Son House

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viernes, 14 de diciembre de 2018

Del Rey en concierto








La semana pasada, viernes 7 de diciembre para ser exactos, tuve el gusto enorme de asistir a un concierto de Del Rey en la tienda de instrumentos musicales McCabe's, localizada en Santa Mónica, Ca, la mítica "Dogtown" de los años setentas.
   El encuentro con su música se me dio por allá del 2007, a más o menos un año de haberme iniciado en el aprendizaje de la guitarra, cuando descubrí algunos de los videos instructivos que esta artista realizara para el sello Homespun, capitaneado por el infatigable Happy Traum. Me impresionaron al instante su técnica guitarrística, la variedad de su repertorio, la calidad de su voz, y su personalidad festiva, única, entusiasta. Como ya ha dicho alguien por ahí, el virtuosismo de Del Rey nunca es gratuito o un mero desplante (un "desplante", desde luego, al que costaría mucho esfuerzo y talento llegar); se trata, por el contrario, de la manifestación de una fuerza y una energía creadoras puestas al servicio del vehículo expresivo que desean honrar: la canción, la composición instrumental, ya sea de su autoría o de los otros grandes maestros que la han precedido. Desde entonces a esta fecha, he adquirido cuanta grabación suya me ha salido al paso, ya sea en disco compacto, video o vinil: Hot Sauce, Boogie Misterioso, Tonight, Café Society (Lp), Four and Six, Solo, entre muchos otros. Verla tocando en vivo era uno de mis anhelos máximos.
   Creo que en la música de Del Rey resulta casi imposible encontrar un minuto laxo o indiferente, aquel en el que faltasen la gracia y el impulso que la caracterizan, esa sensación de novedad permanente, de descubrimiento reciente, que permea su música. Esto se debe, sin duda, a su cualidad rítmica, a esa velocidad de pensamiento, de lenguaje concentrado, característicos del mejor arte. Y a un hecho indiscutible en estos tiempos de música "producida, ensamblada y empaquetada" pensando en un público consumidor pero nunca melómano, ni mucho menos amante de la verdadera creación, como lo es que esta música provenga de artistas itinerantes, mundanos en el mejor sentido de la expresión, juglares con un ojo avizor, capaces de tomarle el pulso a su sociedad: es el ingenio, el "wit", la chispa que hallamos en Fats Waller, Lonnie Johnson, Bessie Smith o Louis Armstrong. Músicos con tablas, formados en el escenario y en el camino, alejados de los ambientes saneados, corporativos, oficinescos, de las divas y divos de esta edad de plástico.
    Dicho lo anterior, asistir a un concierto de Del Rey me significó, desde hace mucho, casi una cita con el destino. Establecida en Seattle, su radio de acción cubre con bastante frecuencia algunas ciudades del norte de California, la costa Este de los Estados Unidos, para no hablar de muchas ciudades europeas y algunas de Latinoamérica, siendo más bien escasas sus visitas al área de Los Angeles y San Diego. En esta última no se ha presentado por los menos durante los últimos diez años.
    El concierto dio inicio a las 8:00 de la noche, teniendo a Del Rey como primer acto y compartiendo cartelera con una cantautora de talento: Kristina Olsen. Vale la pena mencionar que la sala de conciertos McCabes resultó a mi parecer ideal para esta velada musical. Del Rey se desempeña sobre el escenario a la manera clásica, usando un solo micrófono y "unplugged", logrando una gran resonancia y proyección en la clausura del recinto.
    El concierto fluyó de manera extraordinaria, con un repertorio en el que se alternaron la guitarra y el ukulele, instrumento este último que Del Rey ha difundido y contribuido a revalorar en años recientes. Y aquí tocamos otro aspecto importante de la labor que Del Rey ha venido desarrollando en el campo de la historia musical, pues tanto ella como Steve James, o el ya fallecido Bob Brozman, han realizado sendos aportes en lo que toca a la revaloración de algunos intérpretes medianamente conocidos y hasta de los instrumentos mismos de su oficio: Brozman fue un catedrático en el área de la etnomusicología y un historiador apasionado de las guitarras Dobro, mientras que James esta por publicar un tratado completísimo (a juzgar por algunos avances) sobre la guitarra en el blues; Del Rey por su parte, es una especialista en Memphis Minnie y una impulsora del ukulele como instrumento blusístico. Esa noche rememoró la ocasión en que estando a punto de presentarse en un festival de blues con ese pequeño instrumento, se vio casi impedida de participar, por tratarse -según los organizadores del evento- de un instrumento ajeno a este género musical. "Cuando alguien les diga que no, que lo que quieren hacer es imposible, investiguen" fue su sugerencia. Y así, investigando, descubrió que el ukulele ya era usado de manera prominente por algunos blusistas como Rabbit Muse, nacido en 1908.
    El repertorio de esa noche, ya lo dijimos, fue variado, incluyendo entre otras piezas New Orleans is my home, Don't rule me, Texas Twist, Dance Hall Shuffle, Old Mule y Rocking Chair Blues. Entre una canción y otra disertó de manera amena sobre algunas de sus influencias musicales y recordó a ese hombre extraordinario que fuera su mentor, Lou Curtiss, fallecido recientemente. Fue él quien le dio a conocer a Memphis Minnie a mediados de los setentas y de quien recibió el impulso para proseguir por la senda de la música tradicional (Blues, Old Time, Hillbillie Jazz, Ragtime) a la temprana edad de catorce años, tocando en la legendaria Folk Arts Rare Records en San Diego, Ca, en los tiempos en que no era infrecuente ver actuar a un jovencísimo Tom Waits sentado al piano, recién salido de la chamba.
    La actuación de Del Rey en McCabes se encuentra entre las mejores que he visto; posee una energía y un carisma que desbordan el escenario (algo que puede sonar a elogio común, pero que en esta caso ejemplifica una verdad a toda prueba) y una manera de alternar o elegir las piezas a interpretar conforme al ambiente o la expectación que capta en el público, como en ese momento en que estando a punto de tomar el ukulele, vuelve a su guitarra, decidiéndose primero por una pieza instrumental de Memphis Minnie, una de las más ovacionadas de la noche.
   

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