La música de Bobby Rush es una excelente combinación de blues, funk y soul que sus espectáculos en vivo enriquecen con una sana expresión de humor grueso, picardía y vulgaridad. "Raw", su primer disco acústico, es más bien otra cosa, una feliz anomalía en la carrera de un músico de prestigio indudable aunque restringido a un círculo que se ha ido acrecentado desde que se le viera en uno de los documentales de la serie dedicada al blues, producida por Martin Scorsese y con la participación de Wim Wenders y Clint eastwood entre otros.
Decir que en este Bobby Rush acústico se da lo mejor del blues es casi un pleonasmo. La voz de este maestro comprende un abanico de sensaciones y experiencias que van de la lujuria al abatimiento existencial, del gozo vital e indiscutible a la crítica de las instituciones que mantienen marginada a su raza, del extrañamiento que le produce la actitud contemplativa de un anciano frente a las miserias de la vida al desparpajo con que nos presume sus múltiples conquistas amorosas, "my woman, my girlfriend and my wife", en una vena muy a lo Lightinin' Hopkins.
Sorprenden la economía y la amplitud expresiva que este músico logra con un mínimo de instrumentación, lo conciso de su técnica guitarristica, el tono inconfundible de su armónica y la solidez de su ritmo (puro foot stompin'!). Con excepción del músico que lo acompaña en el dobro durante un par de canciones y de una banda en un "bonus track" eléctrico -la graciosísima "Bobby Rush for President"- "Raw" es un trabajo en solitario, personal y contundente de principio a fin.
A diferencia de otros gigantes del blues como Ari Eisinger o Woody Mann, dedicados a la transcripción métodica y exacta de tantos clásicos -el diagrama como punto de partida hacia una interpretación siempre admirable-, podríamos decir que Bobby Rush ya trae consigo esa historia, la mirada y los pocos acordes que en verdad necesita para expresarse de un modo inmejorable.
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