Paul Geremia es considerado un tesoro nacional en los Estados Unidos y el máximo exponente del Piedmont Blues en nuestros días. Artistas de la talla de John Hammnond y de Mary Flower se han prodigado en elogios hacia este músico que eligió vivir la vida de un "bluesman" en su verdadera dimensión romántica y sin conceder ni un ápice de su integridad artística ante cualquier exigencia de tipo comercial que pudiera afectar la calidad de su arte. Su vida tiene un cierta aureola de leyenda, acicateada por ese no saberse estar quieto, por un temperamento de músico itinerante que lo ha llevado a recorrer las autopistas de su país en medio de la lluvia y el frío -"en el terror del desamparo"- hacia el próximo escenario.
En lo que a mí concierne, sólo puedo afirmar que Paul Geremia es de uno de mis músicos preferidos -al lado de Ari Eisinger, Roy Book Binder y Rory Block- y que casi no hay día que no lo escuche. Geremia lo tiene todo: técnica, inspiración, agudeza (eso que en inglés se dice wit) y compromiso político. Ahora mismo estoy escuchando una autentica maravilla salida de su pluma: “Same old wagon”, del disco “The Devils Music”. Qué melodía, qué letra! Una canción sin fisuras, con ese aire intemporal de las mejores canciones, con esa familiaridad de las canciones clásicas: “ If I was deaf, dumb and blind/I could do more for you/than all those lames/that chase you around.”
Paul Geremia es además de gran guitarrista, uno de los ejecutantes más notables de la "rack-harmonica" y un consumado maestro de la guitarra de doce cuerdas. Su versión de "Rising River Blues" tiene que ser una de las más bellas canciones que se hayan escuchado jamás.
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